Un sexagenario portugués, Rufino Borrego, estuvo 43 años de su vida postrado en una silla de ruedas. Exactamente, lo hizo desde que a sus 13 años un médico le diagnosticó distrofia muscular incurable. Sin embargo, en 2010, un médico corrigió el error cometido en la década de los 60 y dio un nuevo diagnóstico a Rufino, según ha informado el diario 'Jornal de Noticias'. En realidad, Borrego padece miastenia congénita.

Gracias a este nuevo diagnóstico y a una medicina que se usa contra el asma, este portugués pudo recuperar el uso de sus piernas. Cuando sus vecinos le vieron acudir a pie a su cafetería habitual, creyeron que "se trataba de un milagro", según indica el propietario del local.

Rufino, que a sus 61 años lleva una vida normal y acude a dos sesiones de fisioterapia al año, asegura no sentir rencor hacia el médico que se equivocó ni el centro en el que se le trató. "Sólo quiero disfrutar de la vida", añadió.