Jasper y Ronnie volvían a casa de noche y contando con la oscuridad hicieron lo que no suelen hacer en público, un gesto tan sencillo como darse la mano, sabiendo de la existencia de intolerantes en su Holanda.

Fueron sorprendidos por un grupo de jóvenes de entre 14 y 20 años que se dedicaron a insultar y pegar. "De repente vi a un tipo llegar y sacó una cizalla de su chaqueta y oí el grito de Ronnie que me llamaba: Jasper, Jasper, me han roto los dientes" ha declarado Jasper.

 

Ronnie aún tiene las marcas en su boca y ahora se recuperan en casa mientras la primera plana política ha llevado las agresiones homófobas a la mesa de negociación del nuevo ejecutivo.

El ganador de las elecciones sabe que es un tema a tratar y más cuando las agresiones han pasado de 400 a 600 en los últimos seis años.

Mark Rutte, Primer Ministro holandés, ha declarado: "Para el nuevo gobierno esto es una prioridad absoluta, es terrible, absolutamente horrible. Esto no puede ser"

Con un gesto simbólico otros líderes políticos han ido más allá de las palabras dándose la mano. Así aparecía el líder de los liberales de izquierda con un compañero en el parlamento.

También se han solidarizado con la campaña Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, con el jefe de su partido, la delegación holandesa de la ONU en Nueva York, el personal de su embajada en Londres, bomberos, Policía y hasta la religión. Holanda se da la mano contra la homofobia para demostrar que es más fácil tolerar que odiar.