Cuando el fotógrafo Paul Nicklen y sus compañeros del grupo de conservación 'Sea Legacy', llegaron a la isla de Baffin se encontraron con una imagen desoladora: un oso polar muriéndose de hambre.

"Nos quedamos allí llorando, grabando mientras las lágrimas caían por nuestras mejillas", relata Nicklen a National Geographic después de grabar la muerte agónica del oso polar.

El fotógrafo ha asegurado que grabó la muerte del animal para que su muerte no fuese en vano y pudiese concienciar y cambiar algo. "Cuando los científicos dicen que los osos acabarán extinguiéndose, quiero que la gente se dé cuenta del aspecto que tiene esa extinción. Los osos se van a morir de hambre", denuncia.