Los últimos datos de la autopsia de Gabriel Cruz desvelan que el pequeño no habría sido estrangulado por su presunta asesina, sino que habría muerto por asfixia cuando le taponó la boca y la nariz. Además, el pequeño presenta un fuerte golpe en la cabeza previo a su muerte.

Lo que no cambian las últimas informaciones es la fecha del asesinato del menor, que se sitúa en la tarde del pasado 27 de febrero, el mismo día en el que desapareció.

Además, el juez Rafael Soriano ha prohibido la incineración, que no la inhumación, del cadáver de Gabriel Cruz por si fuera necesario practicarle más pruebas.

La ampliación de la autopsia en la que los forenses trabajan ya podrá resolver las incógnitas que aún se mantienen. Por ejemplo, si le dieron algún tipo de fármaco o veneno, o si el niño tuvo capacidad para defenderse o no.

En principio está previsto que la única detenida por el crimen, Ana Julia Quezada, pase a disposición judicial este miércoles al cumplirse 72 horas desde su arresto, salvo que el juez decida prorrogar su detención, ya bajo custodia judicial, si lo considera necesario, según las mismas fuentes.

Esta mujer, pareja del padre de Gabriel, fue arrestada el domingo pasado por la Guardia Civil en Vícar (Almería) cuando transportaba en el maletero del coche el cuerpo sin vida del niño, al que han despedido durante una misa funeral oficiada en la catedral de Almería.