Unos 1.500 coches quedaron atascados entre las ciudades de Sakai y Awara, una cifra que se redujo a 1.200, después de que las fuerzas japonesas acudieran a retirar la nieve de la peor nevada en 40 años y atender a los conductores atrapados.

Un conductor falleció en su coche por una intoxicación por monóxido de carbono, y otros dos conductores fueron trasladados a hospitales cercanos por mareos.

El paro de tráfico, que se extiende más de 20 kilómetros, se produjo después de que una tormenta dejara 136 centímetros de nieve en la región.

También fueron cancelados 94 trenes y unas 400 escuelas fueron cerradas en la zona, ante la advertencia de la Agencia Meteorológica Nipona de que seguirá nevando este miércoles.