A su llegada el fiscal ha preferido mantener silencio. Una vez dentro de la sala, el juicio del 'caso Romanones' ha dado un vuelco inesperado.

El fiscal ha retirado la acusación contra el Padre Román, para el que pedía nueve años de prisión. Considera que no hay pruebas suficientes, que los testigos no han confirmado la denuncia y que, aunque se pueda pensar que existía un clima sexual, hay ambigüedades en las declaraciones y en la acusación.

"Hay contradicciones en las declaraciones. A veces dice que se negó y otras que sí hubo abusos", afirma el fiscal del caso.

Para el abogado de David, el joven que denunció los abusos, los hechos están completamente probados. "El testimonio de la víctima es un discurso lógico, coherente y sin ambigüedad". Y además añade: "nunca he visto a una víctima de abusos sexuales a la que se haya sometido a tanta presión por las contradicciones".

El padre Román, líder del llamado 'clan de los Romanones', es el único que finalmente se ha sentado en el banquillo.

Porque, aunque en el caso han estado implicados otros nueve sacerdotes, un seglar y un profesor de religión, sus presuntos delitos de abusos ya habrían prescrito.

David llegó a poner en conocimiento del papa su situación. El propio pontífice le pidió perdón y le animó a denunciar. Mas de 40 testigos han pasado en las últimas semanas por la Audiencia Provincial de Granada.