Fuentes municipales han confirmado, además, que Policía ha remitido el expediente a la Comunidad de Madrid para comprobar si se ha producido una infracción a la Ley de Protección Integral contra la LGTBifobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual.

Los hechos se remontan al día 4 de abril, cuando los dos jóvenes paseaban por la zona de locales comerciales agarrados de la mano y besándose. Según Vadillo, un vigilante de seguridad se les acercó para recriminarles su actitud y, tras seguirles durante un tiempo, finalmente terminó echándoles del centro.

"Es una agresión homofóbica con el agravante de que se les expulsa porque son gays", ha declarado, tras asegurar que, según los miembros de seguridad, en el centro comercial hay unos "códigos para identificar y tener controladas a las parejas homosexuales".

Tras el incidente, los dos jóvenes contactaron con el Observatorio Madrileño contra la Homofobia, que les derivó al colectivo LGTBi Fuenla Entiende. El día 6 interpusieron denuncia.

Ayuntamiento ha explicado que Policía local abrió un expediente "activando los protocolos para estos casos". Así, citó a declarar al vigilante implicado y, tras ello, remitió el expediente a fiscalía y a la Comunidad de Madrid. Las mismas fuentes precisaron que se trata de una actuación que se enmarca en la "sensibilización de la Administración local contra los delitos de odio".

Entretanto, uno de los miembros de la empresa de seguridad Ariete, que funciona en el centro, ha desmentido los extremos de la denuncia. En este sentido, ha manifestado que, aquel día, uno de los auxiliares se limitó a llamar la atención a dos jóvenes que se estaban besando de manera visible en el interior del centro, lo que constituiría una "conducta incívica" según las normas que se aplican en el complejo comercial, "independientemente de que fueran gays o heterosexuales", ha precisado.

"Las normas nos dicen que no pueden haber gente magreándose porque hay niños pequeños", ha precisado. Según el relato que hace de los hechos, los dos jóvenes comenzaron a recriminar al auxiliar de seguridad que les echase en cara su actitud, y comenzaron a faltarle el "respeto" e incluso a insultarle. "Cuando hubo esa falta de respeto se les invitó a abandonar el centro -ha precisado-, pero nunca con la fuerza".