Se llama Lucifer, y es la ola de calor que asola Europa estos días y que deja temperaturas endemoniadamente altas. En Kosovo sobreviven a los 40 grados a la sombra en remojo. Los Balcanes están sufriendo especialmente esta situación de alerta roja en la que ya se encuentran diez países en el sur y el este del continente. Las autoridades aconsejan que la población limite sus salidas a la calle y se hidraten.

En Bucarest los termómetros baten récords: más de 42 grados centígrados. El Gobierno de Rumanía ha contabilizado dos muertes debido a la ola de calor, además de haber registrado varios incendios en el país. En Roma, las palomas han cambiado las plazas por las fuentes. También los turistas, que se refrescan con dosis de calorías.

"Me encanta. Soy de Sudáfrica y allí es invierno", explica un turista. Tiene lugar así un tiempo loco que deja a su paso tormentas, incendios y temperaturas disparadas pese a estar en verano.