Khairuldeen Makhzoomi, que entonces estudiaba en la Universidad de California en Berkeley y tiene ciudadanía estadounidense tras llegar como refugiado iraquí, alegó sentirse "públicamente humillado" tras la expulsión y posterior interrogatorio, que según él se prolongó durante horas.

El pasajero reclama a Southwest Airlines una indemnización por daños por discriminación, angustia emocional y violación de sus derechos civiles.

Según la demanda, uno de los agentes que le expulsó del avión exigió al joven que "contase todo lo que sabía sobre los mártires" y que fuese "honrado" en su declaración.

Sin embargo, Makhzoomi defendió que estaba empleando la palabra 'inshallah', que significa literalmente 'si Dios quiere', pero que se puede usar también para desear suerte.

Southwest Airlines, que tiene su sede en Dallas, le devolvió el importe del billete y en un comunicado aseguró lamentar cualquier experiencia negativa de sus clientes y dijo que la compañía "ni condona ni tolera la discriminación de ningún tipo".