Hacer realidad las meras ideas y de paso, mejorar la convivencia, es el fin de la cooperación público-social. Según Nacho Murgui, delegado de Cooperación Público-Social del Ayuntamiento de Madrid, se trata de "vivir en una ciudad en la que sus vecinos y vecinas puedan elegir de qué forma se organizan por el bien común".

En Madrid, el tejido social de la ciudad lleva años juntándose y poniendo en marcha iniciativas. Y ahora, además, cuentan con el apoyo del Ayuntamiento. "Aportar nuestro grano de arena como administración para que estas iniciativas puedan desarrollarse", añade Murgui.

Ya sea cediendo espacios públicos o con una pequeña aportación económica, hay decenas de proyectos funcionando. Equipos de fútbol para niños, rocódromos, huertos urbanos, entre otros.

Alberto Navazo, presidente de la Asociación de Vecinos de Montercarmelo, considera que "lo más importante no es cultivo de las hortalizas, sino la relación que se establece entre los propios hortelanos". Utilizan espacios del Ayuntamiento para cultivar. Lo que obtienen de la tierra, es para ellos. Y tan importante como cultivar la tierra, es cultivar la cultura.

De ahí viene 'Tardes de Garaje', un grupo de rap de adolescentes que nace de un proyecto vecinal financiado por el consistorio madrileño."Es algo que crea mucho compañerismo y ayuda a trabajar en equipo", señala Adrián 'Denver', uno de los miembros de la banda.

En Pamplona también practican la cooperación público-social con los 'Kolaboratorios", donde deciden qué iniciativas hacen falta y cómo sacarlas adelante.

Fuera de España llevan años potenciando la colaboración vecinal. En 1987 en Nueva York surgió el proyecto "Recupera tu parque". Con la ayuda de todos pasaron de tener a su alrededor zonas peligrosas a tener zonas verdes, gracias al esfuerzo conjunto de vecinos e instituciones.