La investigación comenzó cuando los Mossos recibieron un aviso de que una mujer había difundido un vídeo de pornografía infantil en un grupo de padres de una escuela del municipio a través de una aplicación de mensajes instantáneos.

En la grabación no se observaba nada que permitiera identificar ni a la víctima, ni al autor, ni tampoco el lugar de los hechos, por lo que los agentes comenzaron las averiguaciones para determinar el origen de las imágenes que llevaron a la detención de una mujer.

Ante la contradicción de sus declaraciones y su nula voluntad de colaboración fue detenida por posesión y distribución de una grabación de pornografía infantil. A partir de sus declaraciones también fue detenida su cuñada por el mismo delito y decomisaron los dos teléfonos móviles de las dos detenidas.

Aunque la conducta de ambas no responde a un perfil pedófilo habitual, el hecho de que intentaran ocultar información y la gravedad de la grabación llevó a su detención. Ambas pasaron a disposición judicial y la titular del juzgado de instrucción 7 decretó su ingreso en prisión, aunque la investigación sigue abierta.