Los Mossos d'Esquadra, que tratan de identificar al fallecido, trabajan con la hipótesis de que se podría tratar de un homicidio, si bien la autopsia tendrá que determinar las causas de la muerte, según las fuentes.

En declaraciones, el dueño de un restaurante situado justo al lado de donde estaba aparcado el turismo ha explicado que ha notado un fuerte olor, muy desagradable, procedente el coche, que inicialmente pensaba que era de pescado. Además, ha comprobado que del maletero salía un líquido rojo, aunque a primera vista no parecía sangre, sino más bien restos de vísceras.

Por este motivo, ha arrojado un cubo de agua con lejía para limpiar el suelo, para que los clientes de no olieran el fuerte olor que desprendía el cadáver ni vieran el líquido rojo bajo el maletero.

El testigo ha explicado que el vehículo, de la marca Volkswagen, de color negro y comprado en un concesionario de Lleida, llevaba al menos una semana estacionado en el mismo lugar, ya que tenía una multa con fecha 19 de junio.