A plena luz del día y con niños delante, ajena a las miradas, una chica se rinde al gas de la risa. Música a todo volumen, alcohol, drogas: no falta nada. Lo ha grabado María desde su balcón, está harta de estos vecinos temporales: "Hay fiestas día y noche, venta de drogas, gritos desde los balcones".

Latas y botellas desperdigadas, así queda la piscina comunitaria al día siguiente de estas fiestas en Ibiza. Los vecinos lo sufren las 24 horas. "No podemos dormir, no podemos descansar ni de noche ni de día por los inquilinos", ha señalado María Pop, residente en Ibiza.

El turismo del desmadre invade Baleares. Desde Ibiza hasta Mallorca. Los residentes denuncian que llevan así desde abril. "Gente duchándose en los balcones y masturbándose", afirmaba Biel Barceló, presidente de la Agrupación Ciudadana Ciutat s'Arenal.

Incluso aprovechan para orinar entre los coches. Los vecinos ya no saben cómo parar a los borrachos. "Nos han abandonado a nuestra suerte a empresarios y turistas", se lamentaba Biel.

Por eso, en Mallorca, los hosteleros han tomado medidas contra el turismo de borrachera. En lo que va de temporada, han expulsado a 90 personas por actos vandálicos y los operadores de turismo han creado listas negras. Quien figure en ellas, no podrá volver a reservar un piso en la isla.