Juana acudió al médico en el año 2011, y allí descubrió que la habían dado por muerta. "Me quedé de piedra, hasta hoy no me lo puedo creer", asegura la afectada. En cuanto lo conoció, se puso a investigar y descubrió que existía un nicho con su nombre y con una fecha de defunción. Esto es, para la administración Juana está enterrada en un cementerio de Málaga desde 2010.

Todavía no le han concedido una explicación clara a lo sucedido. "En todos sitios me dicen que ha sido por un error informático", señala Juana. Desde entonces, para ella realizar cualquier trámite se convierte en un sinvivir. "Cada vez que intento hacer algún papel me pasa lo mismo", lamenta la afectada. Con todos los trámites, excepto con uno: la hipoteca.

"Yo lo estoy pagando todo, hasta el seguro de vida que tengo", defiende Juana. El colmo fue cuando la llegaron a acusar de usar una identidad que no era la suya. "En Hacienda me llegaron a decir que yo estaba cometiendo un fraude", precisa. Para demostrar su existencia, Juana ha presentado un certificado de Fe de Vida y un acta notarial donde prueba que es la persona que aparece en su DNI.

Un juzgado de Málaga investiga si sólo se trata de un error o si existe alguna intencionalidad. "Si alguien, con alguna finalidad maliciosa, económica o de algún tipo, ha usado su nombre", detalla Fernando Osuna, abogado de Juana. Si es necesario, solicitarán una petición de exhumación. Juana quiere poner fin a esta situación y que no se alargue de por vida.