Concha es de las primeras feministas españolas: "Significaba romper con la sociedad del franquismo, con el nacional-catolicismo. Estábamos dispuestas a que aquello cambiara costara lo que costara".

Junto a otras compañeras se saltaron la prohibición de manifestarse. Todo para demostrar que mujeres y hombres merecen ser iguales. "Te arriesgabas a retención, a multa gubernativa y a encarcelamiento", añade Concha.

En su lucha, sus principios eran diferentes a los de hoy en día."Partíamos de una situación con mujeres en la cárcel por abortar, por adúlteras, con un código que te impedía sacar el carné de conducir o abrir una cuenta en el banco sin la firma de tu padre o marido", explica Teresa Meana, activista feminista desde los años 70.

Sus logros de entonces permitieron que hoy la atención se centre en la batalla contra la violencia machista y en acabar con comportamientos contra la libertad sexual de las mujeres.

La huelga feminista del 8 de marzo ha demostrado que el feminismo es ya una batalla común que no conoce de generaciones y en la que también acompañan los hombres. El movimiento es ya imparable y su clamor debe traducirse a partir de ahora en medidas concretas.

"Además de leyes las empresas tienen que considerar que hay una brecha salarial que tiene que ver con el momento en el que la mujer decide tener hijos", destaca Lucía Méndez, redactora jefe de 'El Mundo'. La igualdad total es una tarea pendiente por la que ponerse a trabajar cada día.