A simple vista parece un mosquito como los demás pero si tiramos de lupa se ven esas rayas que le han dado su apodo de tigre. Lo importante de este mosquito no se ve, se siente, porque sus picaduras duelen más. El mosquito tigre empezó a dolernos en 2004.

Entró desde Europa por Girona y Barcelona y se ha ido extendiendo hacia el sur, por la costa mediterránea, hasta Cádiz. En 2015 empezó a ir tierra adentro: por Huesca, Zaragoza y Teruel. Y llegó a detectarse en Irún, Guipúzcoa.

Pero este último año el mosquito tigre ha llegado más lejos que nunca. La mayoría, zonas habituales pero ha dado el salto a grandes ciudades de interior: los alrededores de Bilbao, Sevilla y Madrid pero, ¿cómo ha llegado tan lejos?

Aunque parezca surrealista viaja con nosotros como okupa dentro de coches o camiones: "Se mete en los coches o en las mercancías, por eso hemos tenido muchos en Mercamadrid que llegan mucho medio de transporte" explica Raimundo Outerelo, profesor de biodiversidad.

Aún no se ha demostrado que el mosquito tigre haya transmitido enfermedades en España pero tiene otras pegas: "Pica de día, su picadura es muy dolorosa y suele vivir alrededor del suelo por eso las picaduras más frecuentes es en tobillos o piernas" detalla Outerelo.

El mosquito se reproduce en charcos y zonas húmedas. Así que tras un invierno lluvioso, tendremos un verano más doloroso.