El principal objetivo de la nueva ley que quiere llevar a cabo el ministerio de Sanidad es el de conseguir un consumo cero de alcohol entre los menores.

"Los objetivos de la ley son elevar la edad del inicio del consumo del alcohol en los menores, reducir y evitar el acceso de los menores al alcohol, garantizar la salud de nuestros menores y evitar que un consumo temprano conlleve una adicción o dependencia posterior", explicaba Dolors Montserrat, ministra de Sanidad.

Montserrat ha puesto especial énfasis en la edad a la que empiezan los menores a consumir alcohol eventualmente: los 13 años y la edad con la que el consumo se vuelve habitual y periódico, los 15.

Según datos del propio ministerio, los padres perciben como mucho más perjudicial para sus hijos el consumo de cualquier droga o de tabaco que el de alcohol, algo que según la ministra tiene que cambiar. "Tenemos que ver mal que un chaval esté en plaza pública bebiendo, no podemos mirar para otro lado, tenemos que llamar a la Policía", considera la ministra.

Para ello, desde el ministerio pretenden que la ley sea de consenso como la ley antitabaco o la ley contra la violencia machista. Desde la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) piden que, para empezar, se cumplan las prohibiciones que ya están aprobadas.

"La publicidad de las bebidas alcohólicas está perfectamente reglada y restringida, como la accesibilidad de los jóvenes al alcohol, pero hay una facilidad importante porque 'hecha la ley, hecha la trampa'", argumenta Ignacio Calderón, director de la FAD.

Desde la Federación de Bebidas Espirituosas aseguran creen que la nueva ley no tiene porque perjudicarles. El Gobierno de Zapatero ya intentó redactar una ley antialcohol hace casi 10 años, una norma que no salió adelante por falta de consenso.