El joven denunciante decidió romper su silencio en el verano de 2014. Escribió una carta al papa contándole los presuntos abusos sexuales de los que fue víctima. El propio pontífice le llamó directamente por teléfono para pedirle perdón y animarle a denunciar.

Fue la primera vez que el Papa Francisco tomó cartas en un asunto de presunta pederastia. "¿Cómo lo he recibido? Con gran dolor, pero la verdad es la verdad y no hay que esconderla", dijo en su momento.

El padre Román fue el único que finalmente se sentó en el banquillo porque, aunque en el caso han estado implicados otros nueve sacerdotes, un seglar y un profesor de religión, sus presuntos delitos de abusos ya habrían prescrito.

Una vez terminado el juicio civil se reanudará la causa canónica en la que todos continuan investigados. Este caso ha servido a muchos otros jóvenes para animarse a denunciar, como la víctima de abusos en el seminario menor de La Bañeza, en Astorga.

"Esa víctima se atrevió a denunciar después del testimonio de Daniel. "El mero hecho de haber sacado esto a la luz ha permitido que otros rasgaran ese velo", ha afirmado en Más Vale Tarde el periodista de 'Religión Digital', Jesús Bastante.

Otras de las imágenes que nos deja este juicio es la de Francisco Javier Martínez declarando como testigo. Es la primera vez que un arzobispo se sentaba en el banquillo por una investigación contra la pederastia. El caso Romanones termina, pero ha abierto las puertas a que nuevos casos de presunta pederastia salgan a la luz.