Agotados, muy serios y sin querer hablar, pero aferrándose a la esperanza. Así han salido los padres de Charlie del tribunal que tenía que decidir su futuro. Ante las cámaras se han esforzado por mantener el tipo, pero ante el juez han perdido la compostura cuando los médicos británicos que le tratan aseguraban que lo único que están haciendo es prolongar el sufrimiento del pequeño.

"Los padres de Charlie están deseando presentar las evidencias médicas que harán que se le pueda llevar a EE UU o a Italia", declara el portavoz de la familia. Entre las opiniones médicas que les respaldan y dicen que el tratamiento estadounidense -que hasta ahora le niegan- podría funcionar, las de un hospital vaticano.

"Ahora hay dos doctores en EE.UU., otros dos en España, dos en Italia y uno en Inglaterra que apoyan esta teoría. Charlie podría volver a ser un niño normal, esto podría ser un milagro para él", dice Connie Yates, madre de Charlie Gard. Un milagro porque según otros especialistas, las probabilidades son de un 10%. Pero no se pierde nada por probar. A eso se aferran, apoyados por 350.000 firmas, el Papa y hasta Donald Trump.

"Démosle a Charlie el tratamiento que necesita", pide el padre del pequeño. Pronto será cuando el tribunal se reúna de nuevo. Dada la complejidad del caso, el juez admite que su decisión final podría llegar un día después.

Los del 'Ejército de Charlie' piden que se respete la voluntad de los padres y rezan por que la decisión judicial no llegue demasiado tarde para el pequeño.