La última imagen que se tiene de Ana Julia Quezada es saliendo de la reconstrucción en su vivienda mientras era increpada por decenas de vecinos. Ella, sin embargo, ni se inmuta pese a los momentos de tensión.

Desde entonces está en la comandancia de la Guardia Civil de Almería, de donde no está previsto que salga a lo largo del martes y donde ha declarado durante cerca de dos horas respondiendo por primera vez a todas las preguntas de los agentes.

Antes, la detenida se había negado a colaborar en los registros, sin hablar y, prácticamente, sin levantar la cabeza. Pero ahora se enfrenta a uno de los momentos más importantes, el interrogatorio, del que se encargará el mismo equipo de la UCO que interrogó a El Chicle.

El lunes se pudo ver precisamente al coronel Corví, el máximo responsable de la UCO, saliendo del registro de su vivienda, y un día después también estuvo presente en el segundo día de registros en la finca de Rodalquilar. "La interpretación que se hace es que la UCO se ha volcado con el caso", explica la periodista Mayca Navarro.

La finca de Rodalquilar es un punto clave en la investigación, puesto que allí estuvo semienterrado el cuerpo de Gabriel, en una acequia seca y no en un pozo como se especuló en un principio. "No fue un enterramiento como tal, sino que el cuerpo estaba depositado y cubierto con un poco de tierra en una acequia", cuenta Manuel Marlasca, jefe de investigación de laSexta.

Los agentes encargados de la investigación están preparando un atestado especialmente minucioso, porque quieren tener todo muy bien atado. Por eso van a agotar las 72 horas permitidas antes de llevar a Ana Julia ante el juez.