Si no se han topado ya con un contenedor marrón, poco tardarán en hacerlo. Son los restos orgánicos reciclables, es decir: restos de comida, de jardinería, papel de cocina y servilletas sucias, tapones de corcho, cerillas y serrín. En ciudades como Sevilla ya están en los mercados.

Un contenedor que se suma a los otros cuatro que habitualmente encontramos en la calle: el azul para papel y cartón, el amarillo para plástico, metal y envases, el verde para vidrio y ojo con el naranja, también para restos orgánicos pero no reciclables como pañales, colillas, excrementos de animales o el polvo de barrer.

Europa ha dado de plazo a España hasta 2020 para reducir un 20% los residuos que se generan. "Estamos disminuyendo el número de toneladas de basuras que van a los vertederos" declara Joan Ribó, alcalde de Valencia.

Bilbao cuenta ya con 400 contenedores, pero con llave. "Es necesario que los usuarios de este contenedor seamos personas responsables y formadas" explica Marta Barco, directora de Calidad de Vida del Ayuntamiento de Bilbao.

Y puerta a puerta, el ayuntamiento de Madrid ha comenzado a repartir también cubos marrones, otra cosa es que quepan en las cocinas. "Ya no me cabe debajo del fregadero, que es donde tenía los cubos de reciclaje, entonces lo pondré fuera porque ya no cabe" comenta una usuaria.