Con el voto en contra del PP y tras un debate encendido se ha tomado la decisión que servirá, dicen los animalistas, para sensibilizar sobre unos derechos con los que se ha frivolizado durante demasiado tiempo.

Entre los principales argumentos de quienes están en contra de la prohibición está que se facilita la movilidad del animal o le protege de posibles heridas en la búsqueda de la presa.

Quienes están en contra lo consideran una crueldad y afirman que provoca secuelas a largo plazo, y defiende que el rabo es una parte esencial en la sensibilidad canina. Unos argumentos que avalan la mayoría de los veterinarios pero con los que discrepan los cazadores.