Delito de
ofensa contra los sentimientos religiosos. En 2018 todavía existe en el Código
Penal, y Willy Toledo es el último acusado de cometerlo dentro de una
sorprendente lista.
A un hombre se le ocurrió subir a las redes una imagen de su cara emulando la imagen de Cristo, y tuvo que pagar 480 euros de multa. Mejor suerte tuvo Javier Krahe tras mostrar como cocinaba a Jesucristo. Fue absuelto, pero antes tuvo que perder ocho años en juicios.
El Drag Shetlas
también fue absuelto tras cometer el pecado de disfrazarse de la Virgen y del
Mesías, aunque una asociación de abogados llegó a pedir su ingreso en prisión.
La causa contra
Dani Mateo por bromear sobre la cruz del Valle de los Caídos fue archivada
después de tener que declarar ante un juez. Algo a lo que Willy Toledo se
niega, pese al riesgo de entrar en prisión.
Tal vez es hora
de borrar a cualquier dios de nuestro Código Penal. Sería la mejor manera de
proteger la libertad de expresión.