El día que se cometieron los crímenes de Pioz, Patrick compró un cuchillo y bolsas de basura antes de coger el autobús hacia la localidad alcarreña. Según ha declarado, el acusado tenía unas ganas incontenibles de matar.

"Patrick manifiesta que él tenía unas irrefrenables ganas de asesinar, que no las pudo controlar y que incluso era consciente de ellas durante el trayecto de autobús de camino a la casa", explica el comandante Reina, jefe de la investigación.

Mató a Janaina mientras hablaba con ella en la cocina, donde "sacó un cuchillo y se lo clavó", para después hacer lo mismo con los niños para esperar a Marcos en la puerta de la calle, momento en el que "entran los dos juntos a la casa y en el pasillo es donde asesina a Marcos".

Pasó la noche en la vivienda con los cuatro cadáveres, pero no recuerda cómo limpió el chalet. Al amanecer se marchó llevando consigo el móvil de Marcos, a quien suplantó la identidad mandándole un Whatsapp al casero explicándole que se iba a retrasar en el pago "teniendo en todo momento la intención de retrasar una visita del propietario", explica el comandante.

La Guardia Civil continúa investigando qué llevó a Patrick a cometer este crimen atroz, sobre lo que sí se ha llegado a descubrir que Patrick sentía cierta animadversión hacia su tío.

Dos días más tarde de estas declaraciones se podría llevar a cabo una reconstrucción de los hechos en Pioz, un hecho que podría matizar más datos sobre la investigación.