"Iba a ser un gran día", asegura Gobanga, que explica que el día de su boda acompañó a una amiga a la estación de autobuses para que ésta le llevara a su futuro marido una corbata que se había dejado. Pero en el recorrido de vuelta a casa su vida cambió para siempre.

"De regreso a casa, pasaba frente a un tipo sentado sobre el capó de un coche cuando de repente me agarró por la espalda y me metió en el asiento trasero. Había otros dos hombres adentro y se pusieron en marcha.Todo pasó en una fracción de segundo", relata.

"Me metieron un pedazo de tela en la boca, pero forcejeé y traté de gritar. Cuando logré apartarlos, les chillé: '¡Es el día de mi boda!'. Fue entonces cuando recibí el primer golpe y uno de ellos me dijo que o colaboraba o iba a morir", en ese momento empezó la agresión.

Gobanga no ha dudado en revelar los duros detalles de esta agresión: "Los hombres se turnaron para violarme. Estaba segura de que moriría, pero seguía luchando. Así, cuando uno de ellos me quitó la mordaza le mordí los genitales. Gritó de dolor y, ante ello, otro me clavó un cuchillo en el costado. Fue entonces cuando abrieron la puerta y me expulsaron del coche en marcha".

"Estaba a kilómetros de mi casa, en las afueras de Nairobi. Habían pasado más de seis horas desde que me habían secuestrado. Un niño me vio y llamó a su abuela. La gente llegó corriendo. Cuando llegó la policía trataron de tomarme el pulso, pero no lo consiguieron. Así que, creyendo que estaba muerta, me envolvieron en una sábana y se dirigieron a la morgue. Pero ya de camino, me empecé a ahogar y tosí. '¿Está viva?', preguntó uno de los policías, quien dio media vuelta y condujo hacia el hospital más grande de Kenia", relata.

Terry Gobanga asegura que se sintió culpable tras la violación: "Le pedí perdón a mi marido. Sentí que lo había decepcionado. Hubo quien dijo que la culpa era mía, por haber salido de casa en la mañana".

Aunque todo lo malo no había llegado todavía: "A los tres meses de la violación me dijeron que la prueba del VIH dio positivo, pero que tenía que esperar tres meses más para confirmarlo".

La tragedia de Terry Gobanga prosiguió y es que tras casarse finalmente con su marido, éste murió al poco tiempo por un accidente con una estufa.