Cuatro días de bombardeos a civiles: fue la orden del general Mola y del jefe del estado mayor alemán, Von Richtoffen. Es una de las conclusiones del estudio realizado para identificar a los pilotos italianos contra los que Durango se va a querellar: "Los propios cazas desde un altura muy baja se dedicaron a ametrallar a la gente" cuenta Jon Irazabal, historiador de Gerediaga Elkartea

Esteban era un niño y todavía hay restos de metralla en la parte vieja de la villa. "Iban taca taca taca taca, ametrallando al padre cuando se retiró de la huerta, no pensaba volver a verle vivo" narra Eugenia Alcibar, superviviente del bombardeo. "A mi me impactó cómo había un camión y allí iban tirando cadáveres", es el testimonio de otra de las supervivientes, Higinia Cuevas.

Ninguno de los cuatro cuarteles militares fue alcanzado. Sí en cambio, viviendas, conventos e iglesias que oficiaban misa en ese momento. "Hay una explosión y el monaguillo, que está de rodillas, no le da tiempo a más que ponerse las manos en la cabeza" cuenta Esteban Cuevas. No hubo errores, La propia aviación italiana certificó su puntería: "Se ve claramente en sus diarios que dice que han alcanzado plenamente sus objetivos", explica Jon Irazabal.

Aún así, los nacionales dieron su propia versión: "Nuestros aviones bombardearon objetivos militares en Durango y más tarde los comunistas y socialistas encerraron a los curas y monjas en las iglesias asesinándolos a balazos sin piedad y quemando después las iglesias" decía Queipo de Llano, general del Bando Nacional. El estudio incluye documentos de Von Richtoffen que prueban que el bombardeo fue un ensayo preparatorio para la Segunda Guerra Mundial. Se utilizaron bombas incendiarias por primera vez.