Que el feminismo es de
comunistas o que la huelga no sirve para nada, son algunos de los comentarios
más repetidos entre las voces contrarias al movimiento del 8 de marzo. "Es una
huelga para mostrar una realidad de todas las mujeres, da igual la ideología que
tengan", señala Chelo Hernández, de la Comisión 8 de Marzo.
Hernández denuncia el machismo que se vive en las empresas: "Vamos a una empresa y no me preguntan mi ideología, me preguntan si voy a formar una familia y si voy a tener hijos".
El Partido Popular, que
no apoya la huelga, la tilda de oportunista y de desgastar al Gobierno. "Frente
al modelo del ruido, frente al modelo de quienes plantean estas convocatorias,
el PP cree más en los hechos", señala Susana López, portavoz adjunta del PP en
el Congreso.
Es una huelga ideológica
y anticapitalista para Ciudadanos. "Es un error y creo que lo están viendo
cuando vinculan la ideología con la igualdad", señala Melisa Rodríguez,
diputada de Ciudadanos.
El PSOE no cree en el
argumento de que la brecha salarial se está reduciendo. "La pregunta es ¿existe
o no existe brecha salarial en este país? ¿las mujeres trabajadoras no están en
una situación precarizada respecto a los hombres?", señala Pilar Cancela,
portavoz de igualdad del PSOE.
Podemos insiste en que
no hay ningún motivo por el que desprestigiar la huelga: "Están olvidando todo
lo que les deben en cuanto a sus derechos en el ámbito laboral y en todos los ámbitos
a quienes han hecho huelgas antes y a quienes han peleado por lo que ahora
todos y todas tenemos", asegura Sofía Castañón, diputada de Podemos.