Poca gente sabe qué se rememora cada 9 de mayo. Fue en esa fecha cuando el ministro de Exteriores francés Robert Schuman articulaba la llamada Declaración Schuman en busca de un acuerdo de paz y concordia entre los estados europeos tras una primera mitad de siglo que había matado el espíritu de unidad y enterrado el sentimiento comunitario.

Cinco años después de la Segunda Guerra Mundial, precisamente el 9 de mayo de 1950, nacía la Declaración Schuman que ponía la primera piedra en el proyecto de creación de la Unión Europea. Con una Europa en plena depresión tras la guerra, Robert Schuman concretaba los deseos de unidad en un comunicado que proponía la creación de institución continental capaz de administrar la producción del carbón y el acero, lo que posteriormente se materializaría en la CECA justo un año después.

Los países firmantes del acuerdo se comprometían a regular a través de esta institución la producción armamentística, entre otros aspectos; al tiempo que comenzaban a erigirse los cimientos de un proyecto comunitario que se concretó un año después -en 1951- en la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (la citada CECA).

A día de hoy, y a propuesta del Consejo de Europa, el continente celebra desde 1985 el Día de Europa. Lo hacemos para conmemorar la Declaración Schuman y el primer impulso a la unidad social, política, económica y cultural del viejo continente. Solo falta un detalle: que este 9 de mayo pase a ser una jornada festiva a nivel comunitario para reforzar el sentimiento europeo y hacerlo aún más visible.