Los cuatro últimos permanecen bajo la custodia de sus tutores legales, pendientes de lo que disponga la fiscalía de menores de Murcia, a cuya disposición han quedado. La investigación se inició por la alarma social generada en el municipio, principalmente entre los docentes y los padres y madres de alumnos, por la organización de peleas entre menores al término de las clases o durante los recreos, lo que permitió saber que se habían producido cuatro en una semana.

El dispositivo de vigilancia establecido detectó que las peleas eran organizadas previamente en lugares poco transitados del casco urbano, donde quienes grababan las imágenes para difundirlas eran espectadores y animadores de los que se agredían violentamente.