Una decena de efectivos
investigaron el caso durante más de una semana hasta comprobar que la denuncia
era falsa, según ha informado el instituto armado en un comunicado. El
operativo arrancó a raíz de la denuncia que interpuso su marido en la
comandancia de El Vergel (Alicante).
El día anterior, ella
salió de su casa por la mañana para ir a trabajar a la localidad alicantina de
la Vila Joiosa y no regresó. El marido intentó llamarla por teléfono, pero no
daba señal. Tampoco pudo ponerse en contacto con el lugar de trabajo, porque
hacía poco que había empezado y no sabía exactamente dónde era.
Los guardias civiles
iniciaron su búsqueda interrogando a vecinos, a personal del colegio de sus
hijos y a familiares de Valencia, pero nadie sabía nada. A la mañana siguiente
de la denuncia de su marido, dos días después de la desaparición, la mujer
acudió al cuartel de Benissa (Alicante) para decir que la habían secuestrado.
La joven declaró que el
mismo día de su desaparición, cuando terminó su jornada laboral, se le acercó
un todoterreno blanco mientras esperaba en la parada de autobús. Según ella,
había tres hombres en el interior que la obligaron a meterse en el vehículo.
Seguidamente, denunció
que la trasladaron hasta una casa de piedra en un descampado, le quitaron el
bolso y la obligaron a beber un vaso de agua que contenía alguna droga que la
hizo adormecer.
Al día siguiente, según
su versión, se despertó y esos hombres la volvieron a montar en el coche hasta
abandonarla en una carretera de la Vila Joiosa. Ella aseguró a los agentes que
en ese momento deambuló como pudo hasta llegar a la parada de autobús y
finalmente regresar a su casa.
La chica también comentó
a los agentes que todavía estaba un poco mareada y con dolor de cabeza a causa
de lo que le habían obligado a beber. Insistió en que no recordaba nada de lo
que había sucedido en el transcurso de las horas que estuvo en la casa de
piedra.
Tras escuchar su
versión, los agentes la trasladaron al hospital para que los facultativos le
realizaran una exploración y le tomaran muestras para comprobar si había
sufrido alguna agresión sexual o si había sido drogada.
Las pruebas no mostraron
indicios de que hubiera sido agredida, como tampoco hallaron sustancias
estupefacientes. La Guardia Civil se desplazó a la zona donde dijo que había
sido secuestrada para tomar declaración a nuevos testigos.
Tras las pesquisas, los
efectivos han comprobado que esta mujer se había marchado voluntariamente con
unos amigos y que la salida se alargó durante dos días. Por ello, presuntamente
ideó la historia del secuestro para que su marido no supiera lo que en realidad
había pasado.
La simulación de delito
es un delito incluido en el artículo 456 del Código Penal, por lo que la mujer,
de nacionalidad española, ha sido arrestada como presunta autora de un delito
de simulación de delito, al fingir su propio secuestro y una detención ilegal.
La autoridad judicial ha
decretado su puesta en libertad, con la obligación de comparecer en el juzgado,
pudiendo ser sancionada hasta con pena de prisión de seis meses a dos años. En
este caso, han trabajando durante nueve días cerca de una decena de agentes por
las áreas de Vergel, Benissa, Calpe, Villajoyosa y Valencia, con numerosos
desplazamientos por los lugares donde habían ocurrido los hechos y así
esclarecer un delito que fue una invención.