La Policía Nacional de Molina de Segura tuvo conocimiento del envenenamiento de varios animales en una comunidad de vecinos donde un gato había muerto, varios más presentaban un envenenamiento leve y un perro de raza pastor alemán presentaba un envenenamiento severo.

Tras una investigación, los agentes constataron la presencia de veneno utilizado contra los caracoles, de sabor muy dulce, que se encontraba esparcido en varias terrazas del inmueble.

Con un análisis veterinario se pudo acreditar que uno de los gatos había muerto debido al envenenamiento y que el perro había sido intoxicado al ingerir dicha sustancia, al que se pudo salvar la vida gracias a un lavado estomacal. Otros felinos también presentaban alteraciones hepáticas por la ingestión de este veneno.

El dueño del pastor alemán aportó varias fotografías a los agentes en las que se veía una botella de esta sustancia tóxica en la terraza de la presunta autora del envenenamiento.

Según la Policía Nacional, esta vecina estaba molesta porque decía que los gatos le "removían" las plantas y, tras su imputación y toma de declaración en dependencias policiales, se celebró un juicio rápido sin detenido en los juzgados de esa localidad.