A Julia le informó una vecina de que habían okupado su vivienda familiar, una casa situada en el Albaicín de Granada. "Entras en tu casa y ves que hay gente dentro sin permiso y que la han destrozado", afirma Julia Calvo, propietaria de la vivienda okupada.

En su caso eran unos jóvenes que no querían pagar ningún alquiler y Julia los denunció. "Pones la denuncia, pero, según funciona, sabes que eso no te soluciona el problema", añade.

Lo mismo piensa Sebastián, el dueño de una casa en el barrio de El Raval de Barcelona. "Cuando volví del médico me habían forzado la puerta y cambiado la cerradura", explica.

Fue a la comisaría, pero asegura que los Mossos le desaconsejaron denunciar recomendándole que intentase él mismo negociar con los okupas. "Me abrieron la puerta, me agredieron y me echaron diciéndome que la casa era suya", añade.

Ha denunciado, pero pasan las semanas y nadie los echa de su vivienda. Para casos como el suyo el Congreso ha aprobado una proposición de ley de desalojos exprés en 20 días.