Patrick no está loco, así lo declaró el presunto asesino de Pioz a la Guardia Civil, y es que según reconocía el comandante Reina, jefe de la Investigación: "Él dice que no está loco y que tuvo unas ganas irrefrenables de matar".

Su conducta fría hace pensar que es una persona con poco apego a la vida, y es que horas antes de asesinar a la familia Nogueira, Patrick comía pizza despreocupado en el autobús que le conducía hasta Pioz. Además, tuvo la sangre fría de echarse a descansar en el chalet después de matar y descuartizar los cadáveres.

Son conductas de un presunto asesino que reconoce haber matado a la familia Nogueira, pero dice no recordarlo todo con claridad. "Manifiesta no recordar en ningún momento cómo cometió el asesinato de los niños y habla de ciertas lagunas que tiene en el tiempo", afirma el jefe de la investigación

Si Patrick demuestra tener problemas psicológicos, podría beneficiarle en la condena y además podría cumplirla en un centro psiquiátrico. Una estrategia que se consolidaría con los episodios de alucinaciones y voces que el joven oía, antes de cometer los crímenes.

Para los investigadores, Patrick era totalmente consciente de lo que hacía, ya que compró las herramientas para matar y buscó a conciencia la casa de Marcos y Janaína. No sabía donde vivían, pero la ayuda de un vecino, que actuó de buena fe, le permitió llegar hasta la urbanización La Arboleda.