Tras pasar a disposición judicial, donde llegó con la cara tapada con una capucha, la juez ha decidido investigarlo por los presuntos delitos de daño catastrófico en la modalidad de delito de riesgo provocado por explosivo y otros agentes, además de por homicidio imprudente, daños imprudentes y lesiones imprudentes, han confirmado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

Según su abogado, el hombre está "desolado por lo que pasó" y que ha colaborado con la justicia al responder a las preguntas que le han formulado en el juzgado. Ha abundado en que el dueño de la pirotecnia manifestó que tenía almacenado en el galpón anexo a una vivienda familiar en el lugar de A Torre, arrasado tras la explosión, nitrato de potasio y otros elementos para fabricar explosivos.

Fuentes de la investigación consultadas han confirmado que la cantidad de material explosivo acumulado en ese galpón era más de una tonelada, además de varas y carcasas de cartón empleadas en las bombas de palenque.

Los técnicos del Tedax hacen su cálculo en base a unos parámetros, como por ejemplo el diámetro del cráter provocado por la explosión y el alcance de la onda expansiva y su acción destructiva, en el caso de Tui, en casas ubicadas a casi un kilómetro de distancia.

A su salida de los juzgados, ha evitado hacer declaraciones a los medios y ha sido auxiliado por un agente de la Policía Local y por su abogado para zafarse de los periodistas que trataron sin éxito de arrancarle una declaración.

Al menos son 60 las viviendas que serán objeto de valoración sobre si los daños son estructurales o no. Además, hay una docena de casas, las más próximas al polvorín clandestino, que literalmente desaparecieron, y son muchas más las casas afectadas en menor medida, con daños en ventanas, persianas, verjas, cerramientos y techos. Precisamente hoy representantes de la Xunta se han reunido con los afectados para informarles de las ayudas a las que pueden acceder.