"Al 45% de las mujeres les han preguntado si son madres o piensan serlo, esto impide el avance; además, un 60% de mujeres han tenido que renunciar a sus trabajos por cuidar de su familia", afirma Esther Jiménez, profesora de liderazgo en IESE.

Si las mujeres son iguales que los hombres ¿por qué tienen que renunciar? Es lo que se preguntan diariamente en el club de 'Malas Madres'. "Las mujeres no nos encontramos con un techo de cristal, nos encontramos con un muro de cemento insalvable que te hace que muchas veces que la lucha por no renunciar a tu carrera profesional sea casi heroica", ha apuntado Laura Baena, de 'Malas Madres'.

Denuncian que luchar por una conciliación real en el trabajo es inútil si no se hace primero equipo en casa. Para ello debe haber una corresponsabilidad con el hombre, porque ellos también son padres.

"El gran problema de la conciliación es que la mujer ha salido al mercado laboral, ha salido de casa a trabajar y el hombre no ha entrado en el hogar a trabajar", añade Baena.

En el feminismo de ahora también participan los hombres. Son conscientes de que en muchas ocasiones los empresarios preguntan a candidatas para trabajar en sus empresas si son o quieren ser madres.

"Es fundamental que más pronto que tarde lleguen los permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles", destaca Pablo Llamas, de la asociación de 'Hombres por la igualdad de género'.

En la huelga feminista del 8 de marzo ellos también cuentan acompañando. "El objetivo es evidenciar que si las mujeres paran se para el mundo", apunta Llamas. Es una forma, dicen, de colaborar con la lucha justa.