Cuando estaba en sexto de primaria en un colegio de Arizona, Christin Gilmer recibió una nota de su profesora que le sirvió como motivación para lograr sus sueños. La que era su maestra en aquel entonces, Toensing, escribió en su boletín de calificaciones: "Ha sido una alegría tenerte en clase. ¡Continúa con el buen trabajo! ¡Invítame a su graduación de Harvard!".

Y así fue. Ahora, 21 años después Gilmer se ha graduado en Harvard en salud pública.

Antes de su graduación, la joven escribió una nota de agradecimiento. En ella nombraba a la profesora Toensing, a quien considera que fue la primera persona en motivarla.

"Ella me transmitió que ayudar a las personas es una herramienta poderosa; precisamente, a través de la educación se puede lograr echar una mano a quenes más lo necesitan. Nunca olvidaré su pasión por los demás", ha asegurado Gilmer a CNN.

"La Señora Toensing me educó sobre la salud y los derechos humanos. Ella fue la primera persona que explicó la difícil situación de las personas que viven con VIH", ha explicado la recién graduada en Harvard.

Las palabras tan sinceras de la ahora doctora Christin Gilmer llamaron la atención de los responsables de la universidad, que decidieron que la propia profesora Toensing debía formar parte del acto de graduación.

"Tengo grandes expectativas para todos mis alumnos, por lo que escuchar que Christin había logrado este objetivo no me sorprendió en lo más mínimo", dijo Toensing a CNN.

No obstante, la profesora revela que esta experiencia le llenó de energía para convertirse en la mejor maestra para sus alumnos.

"Todavía le quedan muchas millas por recorrer, sé con su tenacidad, su dedicación y su pasión por ayudar a la humanidad tendrá mucho éxito y todos seremos mejores por conocerla", añade la profesora Toensing.