Un tribunal de justicia de Birmania condenó a la pena capital a un autoproclamado hechicero que mató a tres niños durante un supuesto ritual exorcista.

Un panel de jueces del tribunal sur de Rangún aceptó la confesión de Tun Naing, quien fue sentenciado a la muerte por ahorcamiento por un delito de cometer daños graves y asesinato.

El inculpado fue arrestado en octubre tras propinar una paliza hasta la muerte a tres niños (de tres años, dos años y ocho meses) para, según alegó el birmano, sacar los espíritus malignos de sus cuerpos, en una pequeña aldea a las afueras de Rangún.

Mientras la pena capital permanece en el Código Penal raramente se ejecuta la condena, cuyo último ajusticiamiento data de 1988 según los registros oficiales.