Un padre de 53 años y su hijo se sientan en el banquillo de los juzgados del condado de Lucas, en Ohio, acusados de secuestrar y agredir sexualmente a una niña de 13 años. Esta, familiar de ambos, habría sido torturada y violada durante al menos tres años, desde 2012 a 2015, hasta que consiguió escapar del sotano donde la tenían retenida.

Tras huir, la menor fue encontrada por la policía a menos de un kilómetro de la casa donde se hallaba secuestrada. En sus declaraciones, la víctima aseguró que padre e hijo le daban sobras de las comidas y la hacían orinar en un cubo con amoniaco.

Al inicio del juicio, los acusados han afirmado que no obedecen a las leyes ni a las personas que las ejercen; únicamente quieren ser juzgados con la Biblia, "el único libro de leyes que realmente importa".

En este sentido, padre e hijo plantean en su estrategia "usar la santa palabra de Dios para hacer preguntas que, creemos, son absolutamente vitales para nuestro caso".