A Cecilia le tuvieron que trasplantar el corazón al llegar a España. Pero, su peor calvario empezó unos meses después, cuando entró en vigor la ley de reforma de la sanidad, y como no tenía papeles, le retiraron la tarjeta sanitaria. “He llorado en el ambulatorio” asegura Cecilia Asuko, trasplantada del corazón.

Estuvo un año sin derecho a revisión médica hasta que una ONG arregló su situación.  Lo mismo le sucedió a Brahim, marroquí, a quien también se le denegó en un principio el acceso a la sanidad. “En aquellos momentos necesitaba ir al médico porque estaba muy enfermo”, explica Brahim Ourhou.

Embarazadas, menores y casos de urgencia tienen derecho a ser atendidos, aunque las ONG denuncian que esta ley no siempre se aplica correctamente. “confunde mucho, y lleva a que personas no sean atendidas”, afirma Sagrario Martín, presidenta de Médicos del Mundo. Otros, no acuden a urgencias ante el temor de que se les cobre la factura.

Colectivos en defensa de la sanidad pública denuncian que ya han fallecido tres inmigrantes por no recibir la atención sanitaria adecuada. Por eso, la labor de los médicos objetores es fundamental para salvar vidas. Juan Luís Ruíz, médico: “Opté por seguir atendiendo a todos lo que lo necesitasen”. Se niegan a cumplir una ley que consideran injusta y contra la que, aseguran, seguirán luchando.