El jamón de alta gama desaparece y se sustituye por otros embutidos y se reduce la cantidad de bebida. La comparación con tan sólo hace tres años es abismal.

Si aún piensa en una cesta de Navidad como las de antaño, deje de soñar, porque este año recibirá una mucho más pequeña, si es que la recibe.

Las empresas empiezan recortando por la misma cesta, ahora utilizan bolsas reciclables, un 70% más baratas que las cestas de mimbre tradicionales.

Los trabajadores lo entienden y piensan que es comprensible que equilibren la cesta con el momento económico en el que se encuentran.

Las empresas jamoneras también lo notan. Lo más común en las cestas es incluir una pata de jamón, una botella de vino, y una cinta de lomo, un recorte de presupuesto del 40% respecto al año pasado.

Incluso algunas empresas piden una pata de jamón lonchada, para repartirla entre tres cestas.