Los elegían por sus conocimientos profesionales como jardineros o agricultores. Asiáticos empleados en situaciones de esclavitud para cultivar marihuana, la única droga que se produce en España.

"Son personas que recibían comida una vez por semana. La comida era un saco de arroz y dos o tres huevos que calentaban en un pequeño hornillo. Tenían todas las persianas bajadas y se les prohibía salir de la vivienda. Los jefes de la organización les cerraban las puertas", explica Gustavo Castro, portavoz de la Guardia Civil.

Es el nuevo modus operandi, nunca antes se habían detectado conexiones con organizaciones dedicadas a la trata de seres humanos. Sólo en 2016 la Guardia Civil ha realizado cerca de 1.800 actuaciones y más de 2.000 detenciones. La gran mayoría realizaban cultivo interior.

"Son más difíciles de detectar, no imposible, pero son más difíciles. Al realizarse en el interior de viviendas o en naves industriales donde el olor que puede desprender las plantaciones son inapreciables por los filtros que instalan las organizaciones", recuerda Gustavo Castro portavoz de la Guardia Civil.

En total más de 325.000 plantas incautadas. Es la droga más consumida en Europa. Su valor en el mercado ilícito asciende a 9.000 millones de euros por año.