Nos cuesta levantarnos de la cama, todo nos da igual, hemos dormido mal y por mucho que lo intentemos el acostarnos más temprano no ayuda. El cuerpo y la mente están entre desinflados y cabreados, pero no es depresión.

"Lo importante de las astenia es que aunque tenga síntomas parecidos a los de la depresión, no incapacita ni entorpece el funcionamiento de la persona más allá del malestar que genera ese estado de ánimo", asegura la psicóloga Ana Isabel Perales.

La explicación es muy sencilla, la culpa la tiene la primavera que llega con más horas de luz y un aumento de temperatura. Automáticamente cambiamos nuestros hábitos y esto conlleva una especie de jet-lag pero primaveral.

Pero es algo que tenemos que pasar, por eso lo mejor es relajarnos y disfrutar. También podemos favorecer este período de adaptación con alguna recomendación básica como mantener la rutina diaria ya sea por trabajo, por obligación o por placer, hay que continuar la rutina para mermar los síntomas sin que generer mayor sufrimiento, recomiendan los expertos.

La alimentación también ayuda. Los frutos secos, el plátano, el aguacate, el huevo, o el chocolate son alimentos ricos en triptófanos. Nuestro cuerpo lo utiliza para producir la serotonina, presente en nuestro organismo y que tiene mucho que ver con el estado de ánimo.

Porque aunque la primavera la sangre altera, al principio, para algunos, la bienvenida resulta más que complicada.