Lo llaman el 'monstruo de las alcantarillas', un amasijo de desechos es resultado de tirar las toallitas al inodoro y no, según los expertos, no son biodegradables.

"Biodegradable es que se degrade inmediatamente y no, como en el caso de las toallitas, que pasan meses y siguen de igual manera", aclara Santiago Martín Barajas, portavoz de Ecologistas en Acción.

La primera consecuencia de arrojarlas al retrete, es atascarlo, las comunidades de propietarios pagan 300 euros de media para arreglarlo.

Ocho de cada diez servicios de limpieza de tuberías son por las toallitas. Es tan frecuente que termina dañando el alcantarillado y cada año se paga por ellas 200 millones de dinero público.

"Está entre cuatro y seis euros más por persona y año, multipliquemos por el número de millones de personas que somos...", alertaba en MVT Fernando Morcillo, presidente de AEAS.

Los efectos de un simple gesto como tirarlas al retrete también son corrosivos para el medio ambiente, cuando las depuradoras dejan de funcionar, miles de toallitas van a parar a arroyos donde contaminan el agua. "Vienen acompañadas de unos productos químicos, alcoholes y similares que también son elementos contaminantes en un agua que se va a emplear para el riego", detalla Martín Barajas.

Por eso en Cataluña, desde Aigües de Barcelona, van a hacer una campaña de concienciación, impartirán charlas en las escuelas y repartirán trípticos y papeleras, que es donde deben acabar.