El informe 'Justicia Criminal' recomienda que se impongan sanciones penales contra aquellos que no denuncien un caso de abuso sexual, incluyendo a los que reciben la información en la confesión religiosa.

Tampoco se debe otorgar "ninguna excusa, protección o privilegio" a los sacerdotes que no alerten a la Policía por considerar que la información sobre los abusos sexuales se obtuvo mediante la confesión", según el informe de la comisión.

"La Comisión Real ha oído de casos en los que los agresores que hicieron una confesión religiosa sobre el abuso sexual de niños continuaron con sus ofensas y buscaron perdón", añadió el documento.

La iglesia católica, con fuerte presencia en Australia, recibió quejas de 4.500 personas por presuntos abusos a menores cometidos por unos 1.880 miembros de esta institución, sobretodo hermanos y sacerdotes, entre 1980 y 2015, aunque algunos casos se remontan a la década de 1920.

A principios de año, varios arzobispos australianos admitieron que la respuesta de la iglesia del país ante los casos de pederastia fue equivocada y lindó con la "negligencia criminal".