El enemigo número uno que traen las altas temperaturas son los golpes de calor, pero mucho cuidado también con las primeras quemaduras del año porque nuestro cuerpo no está todavía acostumbrado al sol. Además, los dermatólogos advierten: no existe protección solar que nos defienda por completo de los rayos ultravioleta.

"Es muy importante evitar la quemadura solar porque el daño solar producido por la quemadura, particularmente en la infancia y la adolescencia, se relaciona con la aparición del cáncer más agresivo de piel, que es el melanoma", ha advertido el Dr. Raúl de Lucas, jefe de dermatología del Hospital de La Paz.

Si el calor extremo se mantiene, también es probable que los niveles de ozono troposférico, conocido como ozono malo, aumenten empeorando la calidad del aire que respiramos.

Este episodio de calor extremo también provoca que aumente considerablemente el riesgo de incendio, nuestros bosques cada vez están más secos y a ello se le une el hecho de que se estén dando tormentas de mucha carga eléctrica y poca agua: una combinación que puede ser fatal.