Las fuerzas de seguridad de Estados Unidos han intensificado la actividad en torno a la inmigración desde la llegada de Donald Trump. Así figura en las estadísticas publicadas por el Departamento de Seguridad Nacional, según las cuales el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas realizó 310.531 interceptaciones en las distintas fronteras del país. La mayoría de ellas corresponden a los límites con México.

El Gobierno ha confirmado también 143.470 detenciones, de las cuales 110.568 corresponden al periodo transcurrido desde que Trump tomó posesión del cargo. Respecto a los mismos meses del ejercicio precedente, el incremento del número de arrestos alcanza el 40%.

Durante este tiempo, también se han registrado un 37% más de deportaciones, si bien el número de expulsiones en términos globales y durante todo el ejercicio 2016-2017 ha caído un 6%. El Departamento de Seguridad Nacional atribuye este descenso a que menos personas intentaron entrar en Estados Unidos de forma ilegal, en concreto un 23,6% menos.

Para la secretaria de Seguridad Nacional en funciones, Elaine Duke, las cifras demuestran "los buenos resultados del compromiso del presidente de apoyar a los agentes en primera línea y a los agentes del Departamento cuando aplican la ley y aseguran las fronteras". "Tenemos la obligación de mantener la integridad de nuestro sistema migratorio, pero debemos hacer más para reforzar y cubrir los vacíos con el objetivo de proteger al trabajador estadounidense, nuestra economía y nuestras comunidades", ha destacado.

Trump prometió mano dura con la inmigración irregular durante la campaña y después de llegar a la Casa Blanca. Su Gobierno ha utilizado las cifras para reiterar la necesidad de que haya "una barrera física" en la frontera con México, en alusión al famoso muro reclamado por el presidente.