Verano histórico para el turismo en Santiago, sobre todo gracias a los peregrinos. Llegan más, pero algunos hosteleros se quejan de que no gastan igual que el resto de turistas. "El peregrino está limitado. Compran, pero compran una tarta, un capricho, un queso y no mucho más", asegura una hostelera.

Los que hacen el camino a pie lo reconocen. Su peregrinación suele limitarse al supermercado, pocas veces caen en la tentación del restaurante. "Tratamos de hacer más picnic, pero somos débiles y caemos en la tentación", ha dicho un turista.

Aunque los datos les dan la razón a los hosteleros que se quejan, el gasto entre los turistas en Santiago ha caído dos euros, son muchos los hosteleros que disculpan al cliente" Todos los que entran por esa puerta son buenos clientes, gasten más o gasten menos", ha expresado una camarera. Eso es precisamente lo que piden todos los hosteleros, que entren.