Este fin de semana damos paso al llamado 'horario de verano' ya que adelantaremos una hora los relojes. Esta práctica se lleva a cabo todos los últimos domingos de marzo y supone disfrutar de más luz solar por las tardes.

En la madrugada del sábado 25 de marzo al domingo 26, adelantaremos una hora nuestros relojes. Así, a las 2:00 serán las 03:00, lo que significa que dormiremos una hora menos, pero aprovecharemos más la luz natural en las tardes primaverales.

Una directiva europea regula el cambio de hora con el objetivo de ahorrar energía y unifica los días en los que se realizan las variaciones de hora en todos los países de la Unión (el último domingo de marzo y el último de octubre). En España se aplica desde 1974 aunque diversos colectivos sociales rechazan esta modificación horaria y reclaman que el país mantenga el horario que le corresponde por su posición geográfica.

La mayoría de los países de la Unión Europea situarán este domingo sus relojes dos horas por encima del horario GMT (Greenwich Mean Time) excepto Portugal, Reino Unido e Irlanda, que lo harán o una, y Bulgaria, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania y Rumanía que adelantarán la hora a GMT+3. El cambio se empezó a generalizar a partir de 1974, con la primera crisis del petróleo cuando algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y ahorrar así electricidad.

Según los cálculos del Instituto español para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación en España por el cambio de hora puede llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.

El cambio horario puede generar, sobre todo en niños y ancianos, leves alteraciones en el sueño, los hábitos alimenticios y el estado de ánimo, con un aumento del cansancio, la irritabilidad o la falta de concentración.