Rezan para que no se cierre la actual capilla de la facultad. "El arma del católico es la oración y está demostrado que tiene un éxito feroz" dice una feligresa.

Esperan que el santísimo les ayude a conservarla, pero por si la oración no es suficiente protestan también a las puertas del edificio con pitos y pancartas.

El Decanato les ha ofrecido cinco espacios alternativos y el arzobispado tiene de plazo hasta hoy para elegir la nueva ubicación del oratorio.

La asociación de abogados cristianos ha presentado una querella contra el rector y el decano por impedir el acceso de los feligreses a la capilla. Denuncian que han secuestrado al señor.

La Universidad asegura que el traslado se debe estrictamente a razones docentes. Los problemas de espacio acechan a la facultad desde la implantación del Plan Bolonia y por eso, dicen, necesitan convertir el oratorio en un aula para el próximo curso.

Las obras de remodelación de la capilla comenzarán el próximo lunes, independientemente de que el arzobispado haya elegido o no el nuevo lugar de culto.