Amigas de Kirsty Maxwell, joven escocesa que falleció el 29 de abril de 2017 al caer desde el décimo piso de un edificio de Benidorm, han regresado a la localidad alicantina para reclamar que se esclarezca lo ocurrido.

Con motivo del aniversario de su muerte, varias amigas que viajaron con ella a Benidorm para celebrar una despedida de soltera han vuelto a la ciudad para ofrecer una rueda de prensa a la que han asistido algunos periodistas desplazados desde el Reino Unido.

También han participado en una campaña que incluye la pegada de carteles con la imagen de Maxwell en busca de testimonios que puedan arrojar luz a la investigación.

Este caso, que sigue bajo investigación en el Juzgado de Instrucción 4 de Benidorm, según fuentes judiciales, ha despertado un importante interés mediático en el Reino Unido, hasta el punto de que la 'BBC' está elaborando un documental sobre las difíciles experiencias que están viviendo tanto el viudo de Maxwell como los padres de Craig Mallon, joven escocés que falleció asesinado en mayo de 2012 a la salida de una discoteca de Lloret de Mar (Girona).

"Ante una situación trágica de esta magnitud, se abren muchos interrogantes que se agravan con las diferencias culturales y lingüísticas obvias", ha explicado la periodista Ainhoa Urcelay, que colabora en esta producción.

Kirsty Maxell, escocesa de 27 años, murió tras precipitarse al vacío de madrugada desde la terraza de un apartamento del Rincón de Loix que había sido alquilado por un grupo de chicos británicos con los que, en principio, no tenía ninguna relación.

Los cinco jóvenes de ese apartamento, uno de los cuales tiene antecedentes por agresión sexual en Inglaterra, estaban también celebrando una fiesta en la que se consumieron alcohol y drogas y, aunque en los interrogatorios policiales incurrieron en algunas contradicciones, todos están actualmente en libertad.

Las pesquisas apuntan a que la chica pudo fallecer por accidente, pero su familia cree que esa hipótesis adolece de importantes lagunas. Sus padres, su marido y uno de sus hermanos se desplazaron a Benidorm en julio de 2017 con el objetivo de impulsar la investigación y se reunieron con el alcalde de la localidad, Toni Pérez, quien les expresó su solidaridad y les ofreció la colaboración del ayuntamiento.